Bienvenidos a la exposición Por ver a Dios nacer, que ha organizado la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno en colaboración con la Colección Basanta-Martín.
Permítanme que me presente: mi nombre es Antonio Basanta y soy, junto a mi esposa, el impulsor y propietario de la Colección de belenes de la que proceden los más de 50 grupos que, con especial cariño, hemos seleccionado para esta muestra. En diez de dichos grupos, a través de QRs visuales y sonoros, tendré el placer de acompañarles, compartiendo con ustedes cuestiones y detalles que estimo pueden ser de su interés.
El recorrido de la exposición se inicia en el continente africano para, a continuación adentrarse en Asia, Oceanía, Europa y América. Todo un viaje a través del belenismo universal que ojalá les permita disfrutar de esta expresión artística y religiosa que, precisamente en el año 2023, celebra una efeméride excepcional.
Y es que, hace exactamente ocho siglos, en 1223 y en una cueva del pueblecito italiano de Greccio, san Francisco de Asís dispuso el primer belén de la Historia, dando así paso a lo que, de forma imparable y hasta la actualidad, fue extendiéndose por la totalidad del planeta.
Como en aquella noche mágica, hoy nos reunimos en torno al belén. Ante el homenaje al mayor acto de Amor que jamás vivió la Humanidad. Y lo hacemos con un único propósito: volver a sentir en nuestro interior la dulce caricia de la emoción y la ternura. Dejar que nuestro corazón palpite al son de la espiritualidad y la belleza. De la emoción y el asombro. De la gratitud y de la alegría. Es decir: Por ver a Dios nacer.
Este grupo, procedente de Mozambique, es un exponente singular de la belleza y atractivo de los belenes africanos.
Su creador, el Maestro Misa, quiso albergar la escena del Nacimiento de Jesús en el interior del tronco de un baobab. Y, como casi siempre ocurre en el belén, dicha elección no es caprichosa, sino que obedece a un deliberado sentido simbólico. Porque los baobabs son los árboles sagrados por excelencia en buena parte del continente africano, no en vano, sus frutos constituyen la base alimenticia de muchos de los pobladores de aquellos parajes. Y, en épocas de largas sequías, se transforman en verdaderos aljibes naturales, pues en el interior de sus inmensos troncos, pueden llegar a almacenar hasta 150.000 litros de agua. Por eso se les considera árboles de vida, a lo que también contribuye su longevidad, pues hay ejemplares con más de 1.500 años.
Esa es la analogía que manifiesta esta pieza, tan llena de encanto y tan llena de color. Que el Niño que ahora nace, como el baobab, es alimento que nos nutre, agua espiritual que nos limpia, resurrección y eternidad.
El ébano es el material predilecto de los grandes tallistas del continente africano, especialmente para la realización de piezas de importancia, sea ésta artística o sentimental.
Trabajar el ébano no es tarea nada sencilla. Su madera es extraordinariamente dura, al mismo tiempo que densa y pesada – es la única que, sumergida en el agua, no flota – lo que exige de una especial pericia por parte de quien la trabaje. Por ello, a los carpinteros más cualificados en España les seguimos llamando ebanistas.
Con su más de metro de longitud, y cerca de cuarenta kilos de peso, esta pieza es realmente única. Todas las figuras que la integran están talladas directamente sobre el tronco, no elaboradas individualmente y luego superpuestas.
Además de ofrecernos la belleza y el encanto de la escena aquí representada, este belén nos permite conocer también la morfología del árbol del que procede. Si observamos su parte externa, su corteza, comprobaremos que nada en ella deja de ser, discreto, humilde… Pero, apenas penetramos en su interior, se nos ofrece el tesoro de esta madera incomparable. Magnífica analogía de lo que también es un belén, aparentemente sencillo, pero plagado de infinitas resonancias, si lo sabemos leer desde el corazón y con el corazón.
Este magnífico conjunto nepalí procede de una de las la misiones franciscanas existentes en Katmandú. Y de la escuela de artes y oficios allí fundada.
De cuantas peculiaridades presenta este belén – desde su espectacular pagoda, a cada una de las figuras que lo componen – destacamos una, que no quisiéramos que pasara desapercibida. Me refiero a la posición de las manos de sus figuras, transmisoras cada cual de un mensaje diferente.
Y es que estamos ante una muestra más de ese sincretismo al que el belén es tan afín. El mensaje cristiano se funde así con el lenguaje de signos más antiguo del mundo: los mudras, para dotar a este belén de diferentes lecturas. Reparemos en algunas de ellas.
Las manos unidas sobre la cintura, que aquí podemos observar en varias figuras, significan siempre alegría. Juntas sobre el pecho, reverencia y devoción. Y posadas sobre las rodillas, deseo de protección…Por eso, quienes así se manifiestan tienen en este belén mayor tamaño que el resto de los personajes.
Pero aún es más sugerente cuanto se refiere al gesto de san José. Porque ese brazo derecho – el brazo del sol en el yoga y la meditación- termina en una mano extendida, vuelta hacia abajo, y situada exactamente en el centro de su cuerpo, para representar que quienes están a su lado, la Virgen y el Niño, serán, ya para siempre, el eje principal de su vida.
Portugal es país muy amante de la tradición belenística, de los presepios, que así es como se denomina en el idioma luso esta manifestación artística.
La pieza de Sagrada Familia del regazo es obra de Isabel Cardoso, una de las escultoras belenistas más reconocidas de Portugal, por la destreza de su modelado, por la exquisita sensibilidad de sus creaciones. Y por esa especial dimensión que siempre cobran las figuras de un belén cuando nacen de manos de una mujer.
En una gama muy limitada de colores, apenas el propio del barro combinado con el ocre y el blanco de la pintura, esta pieza es capaz de contar toda una historia: el cansancio que obliga al reposo; el sueño capaz de reparar cualquier temor y también, de revelar cualquier anuncio; el amor de quien ama con la intensidad de una esposa y la dulzura de una madre; y la certeza de que, en su regazo, no hay temor que pueda conturbarnos. Que eso es siempre María, intercesora por antonomasia, consuelo, refugio y cobijo.
Más allá de las figuras principales del Misterio, José, María y el Niño, no hay en Alemania personajes belenísticos más populares que los Reyes Magos. Porque no podemos olvidar que, en la ciudad de Colonia, dentro de un colosal sarcófago de oro, se conservan las que, según la tradición, son las reliquias de Melchor, Gaspar y Baltasar. Fueron traídas desde Milán en el año 1164, tras el saqueo que sufrió la ciudad a manos del ejército de Federico Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Hasta tal punto llega la devoción por estos tres personajes, que en buena parte de Alemania, está muy extendida la costumbre de, llegada la Navidad, rotular en los dinteles de las casas las iniciales de los nombres de los tres regios personajes, intercalando entre ellas el signo de la cruz. Surge así la secuencia C+M+B. C por Caspar, nuestro Gaspar, M de Melchor y B de Baltasar, acróstico a su vez del lema Christus mansionem benedicat, Cristo bendiga esta casa.
Los singulares Reyes Magos que aquí mostramos se nos presentan al modo de los popularísimos Nussknacker, cascanueces, diríamos nosotros, en una conjunción que une a los tres sabios de Oriente con el protagonista de uno de los más bellos cuentos de Navidad jamás escritos: el que, en 1851, publicara Heinrich Ofmmann con el título de El rey cascanueces y el pequeño Reinhold.
Sin duda, esta es una de las piezas más espectaculares de nuestra colección. El nombre de Kralicky es el usado en la República Checa para referirse a los belenes que, como el presente, se montan en vertical y en varios niveles.
Tallado en madera de roble, con incrustaciones de metal, este belén supuso dos años de paciente labor de su escultor y es un verdadero prodigio no solo por su grandiosidad y excelente calidad artística, sino también por su valor documental, y etnográfico. En él se contiene todo un mundo de arquitecturas, personajes, oficios y escenas, que quien lo contemple ha de ir descubriendo con asombro. Y con paciencia.
En su parte superior, sobre un fondo tachonado de estrellas, contemplamos los perfiles de la ciudad, al estilo de muchas de las centroeuropeas, para luego ir descendiendo, a través de calles y bancadas, hasta el nivel inferior, donde se ubica la escena del Nacimiento de Jesús. Sobre ella podemos observar la presencia de una orquesta barroca – la música y el belén como dos realidades inseparables-, en tanto, por delante del Portal, se suceden diversos pasajes de la vida cotidiana.
Por último, comentar que en la parte derecha del Kralicky, y en el tercer nivel contando desde abajo, podemos encontrar representada la figura del autor de esta maravillosa pieza, Josef Nevtl. Es quien, flanqueado por su maestro, se afana en la labra de una talla.
Thomas Blackshear es un escultor estadounidense, cuya obra forma parte de muchas de las más importantes colecciones de arte en el mundo.
Hace escasamente diez años, inició la elaboración del belén que aquí contemplamos, muestra extraordinaria de talento, de perfección. Y de dominio de la escultura hiperrealista.
Deslumbrante es la figura del Ángel que, con el sonido de su trompa, anuncia el feliz acontecimiento. Bellísima la de la pastora, con rasgos caribeños, que lleva sobre su cabeza un cesto de frutas. Magnífica la del viejo caminante, al que acompaña el vuelo de tres aves multicolores. Solemnes los Tres Reyes Magos. Enternecedores los dos niños que, junto a los animales, completan la composición, uno de los cuales va tocando el shofar, ese instrumento musical que, en la cultura judía, solo era usado para anunciar las mejores noticias. Y entrañable el grupo de San José anciano con el Niño.
Pero, para nosotros, la pieza predilecta del conjunto es la de esa Virgen María que, portando dos de los colores prototípicos – el encarnado de la encarnación y el azul de lo celestial – expresa su felicidad, levantando su vista al cielo, sonriendo a la vida; mostrando sus manos abiertas como quien estuviera entonando un canto, ¿tal vez un godspel? en gratitud por el inmenso regalo recibido.
Santa Cruz es una de las pequeñas aldeas del municipio guatemalteco de Chinautla. De ella procede este belén que siempre tendrá un valor muy especial para nosotros.
El taller en el que se elaboró era humildísimo y su creadora, Margarita García, una anciana, lamentablemente ya fallecida, cuyo todo patrimonio consistía en la mínima casita donde habitaba, las cuatro gallinas que correteaban en un minúsculo corral, y el humildísimo obrador en el que elaboraba sus piezas.
Nosotros ya conocíamos su excepcional trabajo, pero también la peculiaridad que lo acompañaba. Y es que Margarita no comerciaba, aunque viviera de lo que creaba. El verbo vender no existía en su particular diccionario. Así que lo único que aceptaba era el donativo que uno quisiera ofrecerle por cualquiera de sus creaciones.
-Y, Margarita, ¿por qué no le gusta a usted hablar de vender?- le preguntamos.
– Pues porque mis figuras son como mis hijos. Y los hijos nunca se venden. Así que, miren ustedes lo que quieran. Y si ven algo que les guste, no duden en llevárselo. Porque eso significará que ese trabajo mío estaba aquí solo esperando a irse con ustedes y formar parte de su hogar.
A veces uno encuentra belenes que no son de barro ni de madera, sino de carne y hueso. Auténticos belenes vivientes.
En las artes mejicanas del barro, una de las tipologías más populares son los llamados Árboles de la Vida, aquí representados en esta pieza extraordinaria, procedente de Metepec, y nacida de uno de los grandes maestros: Óscar Martín Soteno Elías.
En el centro de la composición se nos presenta la escena del Nacimiento de Jesús, coronada por la estrella de Oriente. A la presencia del Niño, María y San José, se suma la de un ángel en adoración y la del Espíritu Santo.
Casi escondidos entre la exuberante vegetación, se asoman la mula y el buey. Y, a ambos lados, las figuras de los Reyes Magos, acompañados de un pequeño pastor que precede a otros tres, situados estos bajo la base que contiene la escena central.
En la zona inferior del Árbol de la Vida se representa la Huída a Egipto, en tanto, en la superior de la pieza encontramos la presencia del sol y de la luna, simbolizando con ello la insólita unión de los opuestos que el Nacimiento de Jesús felizmente provoca. Y por último, en el eje del conjunto, la de Dios Padre que, rodeado de ocho querubines, se nos muestra insólitamente jovial, amoroso y tierno, meciendo feliz entre sus brazos al Hijo que acaba de nacer.
Toda la potencia creativa del arte belenista mexicano parece haberse concentrado en este conjunto excepcional, obra de Agustín Cruz Tinoco.
Una pieza que además propicia un rito familiar entrañable. Porque el maravilloso arcón que sirve de albergue al belén ha de exhibirse cerrado durante todo el año, como un objeto decorativo más de la casa, hasta la llegada de la medianoche del día 24 de diciembre. Solo en ese momento, rodeado por la familia y animado por los villancicos que todos entonan, el cofre se abre, para ofrecer su verdadero tesoro: un belén, que en él se exhibirá durante toda la Navidad. El que aquí presentamos está realizado en madera de opal, oriunda de la zona de Oaxaca, y está decorado a la manera de los célebres alebrijes mejicanos.
Todo el conjunto es un verdadero festín de policromía, adornado además con el relieve de un ángel en su parte frontal, y sostenido sobre dos pares de figuras idénticas que, cabeza en tierra, en señal de adoración, portan un significado muy especial. Se trata de cuatro jaguares, los animales tutelares por excelencia en la cultura azteca, que aquí actúan como protectores del recién nacido. Asociados siempre a lo sobrenatural, son también guardianes y portadores de la noche. Esa que, por el Nacimiento de Jesús, ahora se torna Noche Santa.
Cookie | Tipo | Duración | Descripción |
---|---|---|---|
_fbp | third party | 1 mes | Cookie colocada por Facebook. La funcionalidad es almacenar y rastrear las visitas a través de sitios web. |
_ga | third party | 1 mes | Esta cookie es instalada por Google Analytics. La cookie se utiliza para calcular los datos de visitantes, sesiones, campañas y para hacer un seguimiento del uso del sitio para el informe analítico del mismo. Las cookies almacenan información de forma anónima y asignan un número generado aleatoriamente para identificar a los visitantes únicos. Política de cookies de Google. |
_ga_68SRYXDQZE | third party | 1 mes | Google utiliza esta cookie para distinguir a los usuarios. Política de cookies de Google. |
_gat_gtag_UA_189182146_1 | third party | 1 mes | Google utiliza esta cookie para distinguir a los usuarios. Política de cookies de Google. |
_gid | third party | 1 mes | Esta cookie es instalada por Google Analytics. La cookie se utiliza para almacenar información de cómo los visitantes utilizan un sitio web y ayuda en la creación de un informe analítico de cómo el sitio web está haciendo. Los datos recogidos incluyen el número de visitantes, la fuente de donde vienen y las páginas visitadas de forma anónima. Política de cookies de Google. |
cookielawinfo-checkbox-analitica-marketing | 0 | 11 meses | Esta cookie es establecida por el plugin GDPR Cookie Consent. La cookie se utiliza para almacenar el consentimiento del usuario para las cookies de la categoría "Analítica y Marketing". |
cookielawinfo-checkbox-necesarias | 0 | 11 meses | Esta cookie es establecida por el plugin GDPR Cookie Consent. Las cookies se utilizan para almacenar el consentimiento del usuario para las cookies de la categoría "Necesarias". |
viewed_cookie_policy | 0 | 11 meses | La cookie es establecida por el plugin GDPR Cookie Consent y se utiliza para almacenar si el usuario ha consentido o no el uso de cookies. No almacena ningún dato personal. |
Cookie | Duración | Descripción |
---|---|---|
cookielawinfo-checkbox-analitica-marketing | 11 meses | Esta cookie es establecida por el plugin GDPR Cookie Consent. La cookie se utiliza para almacenar el consentimiento del usuario para las cookies de la categoría "Analítica y Marketing". |
cookielawinfo-checkbox-necesarias | 11 meses | Esta cookie es establecida por el plugin GDPR Cookie Consent. Las cookies se utilizan para almacenar el consentimiento del usuario para las cookies de la categoría "Necesarias". |
viewed_cookie_policy | 11 meses | La cookie es establecida por el plugin GDPR Cookie Consent y se utiliza para almacenar si el usuario ha consentido o no el uso de cookies. No almacena ningún dato personal. |